Reyes Del Mar
“La paciencia, la observación y la
dedicación hacen al buen pescador”
Muy temprano sale de su casa de
lunes a viernes, hay días en los que no duerme en su hogar, todo por buscar un
sustento para que su familia no sufra, para que a sus hijos no les falte nada.
“El mar puede ser traicionero pero yo no le tengo miedo,
todas las madrugadas parto de mi casa, mi familia muy ansiosa ven cuando me ausento, hasta esperar que llegue con
un poco de alimento”. Comenta el humilde pescador
Siempre que sale de su casa, piensa en el devenir del día,
confía en Dios, tiene fe que ese “amigo” que para muchos no es lo mejor, no lo
abandona y lo ayudara a obtener buenos peces.
Su familia está conformada por 3 hijos, una esposa y una suegra, a los que
todos los días les lleva un poco de comida, su humilde hogar queda ubicado en
San Pedro, barrio Torices.
Juanchito como le dicen todos, es su apodo que desde
muy niño sus amigos lo inventaron pero su nombre es Juan Ignacio Pérez, a sus
45 años, sabe que aún no ha vivido aquellas experiencias que se propuso cuando
estaba muy pequeño.
Los peces son su alegría, y siempre que trabaja y ve el
mar en su furor o bravo, Es el hombre más feliz del mundo, porque lo sabe
amansar.
Lo poco que gana día a día le sirve para mantener a su
hogar, y mantener feliz a sus 3 hijos, y a su esposa, quien muy dichosa dice
que lo quiere mucho, hay días que lo acompaña, para que su esposo no se sienta
solo, tiene todo el apoyo de ella y su madre.
Cada época de cada año, son especies diferentes que se
atrapan para vender, por ejemplo ahora en este tiempo lo que más ha pescado es
la sierra y particularmente es la que más le gusta.
Cuando regresan, muchas personas que desean comprar,
esperan con ansias la llegada, en la orilla se acumula la gente, pero los
tiempos han cambiado, antes el apoyo de los compradores era más grande.
Por ejemplo Daneris Vanessa Matorel, comenta que
cuando era niña, su padre la llevaba a la playa a comprar pescado, y los
pescadores a los niños pequeños les regalaban los pescaditos, que sobraban.
Pero ya todo esto se perdió, la gente espera que los
vendedores vallan a su casa, y se pierde la costumbre de ir a la playa y comprarlo fresco.
“Hay días de pesca que lo único que se pesca
son historias y amigos, porque hay días buenos y malos, pero de todas las
experiencias, no olvido aquella vez que casi llego a la casa, sin nada para
comer, pero mientras caminaba y le pedía a Dios, venia Freddy Un amigo que me
debía un dinero y pues llegue feliz y gracias a mi esfuerzo y al apoyo de mi
familia todo me sale bien”, Exclamo Juanchito muy contento.
El
consejo que da Juanchito para todo los pescadores, que dedican su vida a este
oficio es: “No pesques por querer ser más que el otro, Pesca Porque Dios te dio
permiso”
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